martes, 27 de marzo de 2012

El fraude de marzo


Nissan Patrol que transportaba al Dr. Luís María Argaña

Aquel 1999 es un año que ningún paraguayo por más chico que haya sido en ese entonces puedo borrar de su mente. En nuestras retinas se quedará para siempre el momento en el cual se retira el cuerpo sin vida del entonces Vicepresidente de la República Luís María Argaña. En ese momento nadie sabía lo que dicha muerte ocasionaría en la plaza frente al Cabildo. 

Hoy a 13 años de la tragedia del odioso “marzo paraguayo“ me inclino hacia la versión de que esto fue un gran fraude donde la única quién fue víctima de semejante complot fue la ciudadanía que además de eso, tuvo que ver derramada la sangre de compatriotas, quienes creían haber muerto por una causa justa, sin saber que en el fondo todo formaba parte de una macabra maniobra política.

Con las imágenes de la Nissan Patrol minada de proyectiles, en evidente posición de escape y junto a ella una granada, es que empezamos a tener el primer contacto con lo que parecía un gran asalto a la camioneta del Vicepresidente de aquel 1999 nefasto para la historia de la transición. El chofer, Victor Barrios Rey y su cara empapada de sangre nos daban la prueba de que algo realmente grave había ocurrido en la hoy tragicamente famosa diagonal Molas.

Las investigaciones del Diario ABC color y la Revista ISTO-E de Brasil nos cuentan otra verdad y tiran por el suelo la historia oficial o la que nos quisieron imponer. Me monto en estas investigaciones y las considero las que más se acercan a la verdad debido a sus fuentes que son directas y muy fiable.

El Dr. María Argaña, no acabó sus días en tan dichosa diagonal, el ex-Vicepresidente murió en casa de su amante Fabiana Casadio. Así lo afirma Luís Recasens Molinas ex secretarío privado Argaña "A mí me llamó Walter, mi compañero, para ir a buscarle al Dr. Argaña. La señora Marilin Contreras fue quien pidió a Walter que vaya a buscar a su esposo en el apartamento de Fabiana Casadío" realta Luís. Molinas junto a Walter Dominguez fueron los encargados de bajar el cuerpo inerte del mandatario del edificio situado en Perú 470 "Nadie nos vio bajar el cuerpo de Argaña y la silla que utilizamos para transportarlo, lo dejamos en el garaje", recuerda Molinas, quién recuerda los pedidos de la amante “Fabiana también estaba casada y nos pidió por favor que no dijesemos a nadie nada sobre su relación con Argaña. Ella temía que su relación extra-matrimonial saliera a la luz publica".

El último mandato por parte de Nelson Argaña fue “que acompañasemos al capitán Hernán Ramírez hasta una plaza en la esquina de la calle Venezuela y Sargento Gauto, muy próximo al lugar donde se daría el ATENTADO” y con una metralleta y dos granadas en mano, eran los encargado de liquedar la Patrol roja en el caso en que se lograra escapar del atraco, según expresa Molinas.

Una vez en la residencia  Argaña el primero en llegar fue Nelson, quién les dio la las ordenes que ya se relató. Luego fueron llegando para darle forma a este gran fraude políticos de renombre como Juan Carlos Galaverna, Walter Bower e Icho Planás. Donde se terminó de gestar lo que más tarde veíamos que los medios lo divulgaban por todos lados. En esa madrugada no solo se formó un plan para aprovechar la muerte del doctor con fines políticos, sino, ya se empezaba a manchar de sangre a la ciudadanía con semejante fraude y que luego se materializará en la muerte de jóvenes en la plaza que da frente al Cabildo.

Otro de los testigos claves y de suma importancia es la del sobreviviente al asalto a la camioneta, chofer del ex-vicepresidente Victor Barrios Rey quién ese martes notaba que algo raro pasaba y que ese día no sería como los de siempre. “Miré por el retrovisor y vi que (Argaña) no se movía, no se movía. Hice un gesto al guardia que estaba a mi lado (gesticula) y él también me respondió con una seña, como diciéndome: "Tranquilo", que no preguntara nada.... Ya subiéndome a la camioneta con el guardia abriendo el portón, ella (la esposa de Argaña) salió y me dijo que por favor me fuera a una velocidad prudencial, porque el señor "amaneció con un dolor de cabeza y tomó una pastilla que le está tranquilizando y que va a dormir hasta llegar a la Presidencia y que ahí despierte cuando lleguemos". Yo no dije nada. "Está bien, señora".

Estas investigaciones y las entrevistas a fuentes de gran fiabilidad hace no solo de la investigación algo serio, sino, la postula como la única verdad, ya que las contradicciones de la “historia oficial“ caen por si solas. 

El asesinato de Luís María Argaña fue un gran fraude. Un fraude que fue aprovechado por los grandes exponentes de la política nacional de aquella época que hasta hoy suenan en la arena política paraguaya. Siendo el motivo de génesis una gran mentira, se puede afirmar que la matanza en la plaza de la democracia no fue más que por nada, solo en defensa de los intereses de ciertos sectores políticos que sin dudar pusieron en práctica la frase atribuida a Nicolas Maquiavelo, “El fin justifica los medio“


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