Febrero trae a nuestras mentes desde sus primeros días una de las etapas más negras por las que pasó este sufrido país donde me toco nacer. La ciudadanía paraguaya en la red no tardó en conmemorar la caída de uno de los regímenes más sangrientos que toco al Paraguay, la caída del General Alfredo Stroesner (no digo el stronismo porque lastimosamente esa macabra corriente ideológica siguió y me animaría a decir que sigue en parte del gobierno paraguayo).
Ya lo expresé en su momento en una ficticia conversación con el general mi opinión sobre su régimen y repetirlo sería, a mi parecer molesto, pero si lo quieren ver lo pueden hacer aquí. Creo que esta fecha de gran paso en la historia del país, no es más que para agradecer y en particular lo quiero hacer por dos cosas:
La primera por nunca pisar un segundo mi tierra bajo la dictadura del dinosaurio que lastimosamente descansa, ya que esas personas deberían de seguir sufriendo como lo hacen las victimas de su gobierno. Envío un gran abrazo en al distancia a todos los que de alguna manera hicieron que hoy pueda tener la libertad de expresarme sin ser encarcelado o censurado.
Y por último a todos los adeptos al general. Si, a ellos que mantienen viva la memoria del espantoso episodio de la historia del Paraguay sin los cuales tal vez no hubiese tenido conocimiento de lo trágica y miserable que fue su "época dorada".
Aunque hoy se puede decir que tenemos algo de libertad, no puedo decir ¡no más dictaduras! lastimosamente, porque pecaría, ya que, estamos sometidos a otro tipo de dictadura (la del estado la más evidente) agradezco vivir en esta dictadura diferente, y esta de más decir que también debería de ser derrocada.
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