En el cielo donde no
lo necesitan y
en el Infierno donde ya esta implantado“
Ronald Reagan
Si bien la frase del ex-presidente de los Estados Unidos está claramente dirigida a una sección de la ideología de izquierda, bien puede ser aplicada a la totalidad del lado políticamente incorrecto como sin duda lo es el lugar hacia donde en aquella asamblea constituyente posterior a la Revolución Francesa se situaron los jacobinos. Reagan es aun más virulento al decir sarcasticamente que los únicos lugares en donde se podría dar o cumplir el sueño de igualdad son lugares que no existen. Sin dudas con toques irreales, Ronald da en el clavo en lo real.
Durante siglos la tradición de la izquierda política fue dejando tras su historia sangre derramada por ideales que hasta parecen justo si uno los lee o los adopta de manera lineal y se deja envolver en un manto de dogmatismo en el cual no entran las discusiones ni alternativas a los mismos ideales que dicho manto se encarga de transmitir. La estela de almas que han dejado la vida en post de lo que hoy llaman progresismo no tiene cabida en superficie de ningún país y sin drama también se podría decir de la esfera que llamamos planeta tierra.
Teniendo en cuenta uno de los libros emblemáticos que trata la alfombra de sangre, pero los hace más frios en número es sin duda “El libro negro del comunismo“ que nos muestra cifras como estas: 20 millones de caídos solo en la ex Unión Sovietica, continua con 65 millones de muertes en la China Populista, un millón en Vietnam y se reparten en igual aproximación Corea del Norte y Camboya con 2 millones cada uno y a la lista se podría seguir sumando a las 150.000 almas de Cuba y 1,7 millones en África.
Hay que sacar la frialdad de los números. Si bien aun así se trata de una cifra escalofriante se hace menor al pasarlo en el formato estadístico. Dando calor al conjunto de meros millones es cuestión de situarse en la sencilla atmosfera que nos juega una mala pasada cuando vemos a una sola persona sin vida, ese susto a al cual nos sumerge. Es a ese sentimiento al cual hay que ceñirse e invitarlos a que lo multipliquen por la suma aproximada de las cifras citadas más arriba.
Lo más triste de la historia y lo que hace aflorar la rabia que tiene como justificación las millones de muertes es que aquellos ideales de un socialismo o comunismo son una ficción, una imposibilidad una fantasía, la mentira más sanguinaria de la cual se tiene registro. El primero en poner en evidencia tal atrocidad fue Friederich Hayek, quien dejo la siguiente entrevista:
Por si esta gran demostración teórica de la imposibilidad no fuera suficiente, el más conocido de los videos que recorre la web es el del profesor Jesús Huerta de Soto en la cual se muestra tremendamente especificados los porqués de la farsa del socialismo y de gran parte de izquierda por no decirlo de toda.
Queda más que claro luego de escuchar a estos dos grandes genios de la escuela austriaca de economía haciendo añicos a la posibilidad del socialismo no queda más que juntar algunos cabos que se hilan con la siguiente pregunta: si el socialismo es teóricamente imposible ¿son justas las muertes de millones de seres humanos en pos de un imposible disfrazado de mentira que hace creer en su posibilidad? la respuesta esta más que claramente vista que es un contundente NO, con el cual queda justificada la rabia hacia la corriente ideológica más asesina de la historia o si desean, hacia la mentira más grande que pudo haber presenciado la humanidad.
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