sábado, 10 de marzo de 2012

Por favor volvamos a la filosofía

Por algo se nace filósofo, literato, político, tenista o futbolista. Llegaron a recorrer hoy mis ojos el artículo que José Pablo Feinmann, señor a quien respeto, donde trata el tema del fenómeno Messi y que luego va expandiendo, generalizando hasta llegar a una conclusion catastrofica, nefasta y que me hace dudar de que el escrito era suyo.

Con una introducción leve donde menciona que aun si Messi no hubiese sido llevado a tan temprana edad su destino estaba en un club de los grandes de Europa, punto en el cual coincidimos perfectamente y me animo a decir que nadie puede discrepar, Messi es un talento que estaba destinado a ser grande este donde este, vaya donde vaya. 

Luego de la introducción suelta el siguiente comentario:

“Y nosotros sólo los vemos jugar de nuestro lado cuando se ponen la camiseta de la selección. Sin embargo, ahí tampoco juegan para nosotros. Messi se pone la blanquiceleste y sale a la cancha. Lo que para otro era tocar el cielo con las manos, para él es un grave problema“

 No creo que sea tan extremo como lo manifiesta el filósofo. Sin entrar mucho a detallar el tema (porque no es de la tematica del blog) la selección Argentina no es la de años atrás, no es Messi el problema. Un jugador no hace el equipo, y las veces que he visto jugar a Messi por la albiceleste, no lo ha hecho mal, el tema pasa porque no tiene equipo que lo acompañe, cosa que le sobra en el club de España (soy del Real Madrid y no quiero pronunciar el nombre del club). Continúa Feinmann:

Sus amos europeos le dicen: “Pibe, cuidate las piernas. No sea que te nos vuelvas quebrado por tratar a de hacer ganar a la selección de tu maldito país”. ¡Y así lo vimos a Messi jugar con la selección! ¿Es posible que juegue tan mal? No, es otra cosa. No juega. Le da bronca estar aquí perdiendo el tiempo y no en Europa forrándose los bolsillos. No quiere y no puede jugar para la selección. Tiene que cuidar su fortuna, que son sus piernas. No las arriesga. Y juega mal, horriblemente mal.“

Tengo que decirle al querido amigo Feinmann, a quien leo, admiro y por sobre todo respeto, que si alguna vez piso y vistió la camiseta de un club al cual ama en cualquier disciplina deportiva en la cual se siente comodo y disfruta del placer de ser parte de ella, creo que peca al decir que el vestir la camiseta de su país protege sus piernas de cualquier lesión. Si en el fondo fuera esa la razón por la cual no rindiese en el campo de juego cuando vistiese la camiseta Argentina, le aseguro que Messi no pisaría una cancha más del deporte rey  con la camiseta de su seleccionado por lo evitar la burla por parte de los hinchas y de la prensa local. No creo que un jugador se exponga a tanto por una miseria en comparación a lo que gana en España.  

Pero José Pablo plantea la siguiente “maravillosa“ solución a la cuestión.

“La solución –como en tantas otras cosas– reside en quebrar las leyes del mercado libre por medio de la intervención del Estado. Ningún club puede vender a ningún jugador que un jurado de entendidos, de honestos, de intachables juzgue patrimonio nacional. Los jugadores nacieron en la Argentina para darles alegría a los hinchas argentinos [...] usted –como jugador de fútbol, sólo como eso– no se pertenece a sí mismo: pertenece a la Nación Argentina. No se venden más jugadores. Son patrimonio inalienable de la Nación. Porque somos proteccionistas. Se acabó el libre mercado de la venta de jugadores talentosos o geniales. Se quedan aquí.“

 Tremenda estupidez. Claramente solución de político de izquierda. Lo que se puede ver es el escritor, amante de Sartre (el filósofo de la libertad) es restringir y cuartar de tal manera la libertad de utilizar un talento que es personal en veneficio de todos, cuando en verdad tendría que ser el dueño del talento el que  decida que hacer con él.  También esta de más decir que utilizando su misma lógica se puede decir que Messi es un terrestre y que nació en la tierra y con eso tienen derecho a demostrar o utilizar su talento por donde se le pegue en gana.

“¿Que se van a quejar? ¡Claro! Van a decir que tienen ofertas millonarias de afuera. Pero –yo le diría a Messi–: mala suerte, pibe. Naciste en la Argentina. Aquí te pueden pagar lo que te pagan. Jodete, hermano. Todos nosotros nacimos aquí. Mirá, yo, en Estados Unidos, con sólo los guiones de cine que hice, sería millonario. Y Alfredo Alcón habría sido Laurence Olivier.“

Lo primero que me llega a la cabeza es que el filósofo se siente frustrado. Bien sus guiones podrían estar hoy en EE.UU triunfando si no fuera porque él mismo no lo impidiera, a simple vista se puede observar una característica que impidió que sus guiones sean populares y ese factor es sin duda alguna su ideología. Duele ver a tan brillante mente, estar totalmente segado, ciego a tal punto que no le interesa pasar por encima de las libertades y el aprovechamiento de un talento con el cual nació y lo iba a tener aquí en Paraguay o en la India, el que sea argentino no lo hizo talentoso.

Aquí el artículo de José Pablo Feinmann.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

El Politiquero Copyright © 2011 -- Template created by O Pregador -- Powered by Blogger